Como ya se ha señalado, España tiene una gran tradición y cultura en todo lo que se refiere a la bebida; y entre todo ello, por desgracia, se encuentra también el gusto por beber en exceso, e incluso ser algo aficionados a las borracheras. No somos los que peor fama tenemos, desde luego, pero lo peor es que no nos parece que sea nada malo que haya que corregir, a pesar de que a todos molesta la vista de un borracho y sus comportamientos; sin embargo, somos en general bastante tolerante con la gente que bebe de más, sobre todo si no nos molestan directamente.
Pero por supuesto, también en este asunto entre la tradicional cultura machista que aún se mantiene en este país en muchos asuntos. Los hombres deben saber beber, porque aguantar el alcohol y ser capaz de beberte el Titanic de canto sin que te afecte, eso es de machotes; sin embargo, las mujeres cuando beben es que no saben controlarse y no tiene aguante, y entonces se convierten en presa fáciles para los tíos que andan buscando ligues, porque más que beodas parecen convertirse en ninfómanas sin ningún control o voluntad… ¿No os suenan esos tipos de razonamiento? Pero no hay que equivocarse: el alcohol afecta de igual manera a ambos sexos, es fácil acabar culeando mientras se tiene sexo tiene que ver con el peso y la altura y no con el género, y el aguante a sus efectos es más una cuestión de método que de resistencia, por más que nos empeñemos en buscar diferencias entre hombres y mujeres para justificar las borracheras en unos y en otras.
Es muy cierto que el alcohol nos desinhibe mucho, y quizá sea esto una de las razones por las que las mujeres ebrias son algo tan deseado por los hombres que, seguramente, no tienen mucho éxito con ellas cuando están sobrias. Los videos porno de borrachas follando, ya sean caseros o profesionales, llenan las webs para adultos, por no hablar de las redes sociales; y eso es un prueba más de que, con una gran cantidad de alcohol en el cuerpo, hacemos cosas de las que después nos arrepentimos. Y no lo digo por el escándalo ni la vergüenza pública que una pueda sentir luego; y es que, según un estudio entre la población femenina, muchas de ellas se arrepienten de haber bebido de más en alguna que otra ocasión, ya que han terminado teniendo sexo con personas que no deberían. En muchas ocasiones, la excitación y el aturdimiento que les ha provocado unas cuantas copas de más las he hecho irse a la cama con parejas equivocadas, que desde luego no las han hecho disfrutar, y con las que han acabado teniendo un mal regusto a frustración… Vamos, que de haber estado serenas, nunca hubieran aceptado tener esas relaciones sexuales, y culpan totalmente de ello al alcohol.
Pero la cuestión es, seas hombre o mujer, que tan importante como es conocer todo lo que el mundo de las bebidas alcohólicas puede ofrecer y disfrutar de ello, lo es también saber dónde están nuestros límites, y por supuesto cómo y en qué medida se pueden tomar estas bebidas sin que lleguen a afectar a nuestros sentidos. Realmente, en estos momentos eso se está perdiendo, porque hay dos extremos: o el prohibir el beber hasta una edad adecuada y aún así seguir aconsejando no tomar alcohol, o simplemente salir cada fin de semana a saco de botellón queriendo beber lo que no has bebido en los días anteriores. Mesura, señores, mesura, aconsejaban los antiguos romanos, que de esto del bebercio tenían bastante idea. Y parece que llevaban toda la razón del mundo, pues puede ser la palabra clave.