Hablar sobre tomar una copa en este momento en España es, sin duda, una manera de enervar a todo el sector de la hostelería. La pandemia ha castigado duramente en especial a todo el gremio, así que ser el dueño de un bar en la actualidad no es precisamente la mejor opción laboral en la actualidad. Y eso es toda una tragedia en un país como el nuestro, en el que el sector turístico mueve mucho dinero, pero no solo para los extranjeros; los autóctonos también sufrimos lo nuestro, acostumbrados a esas horas de «tomar tapas» que tanto nos gusta, y que solemos acompañar con una cerveza fresquita o un vino de la tierra.
Y no es por hacer leña del árbol caído, pero ahora sería hora de echar mano de ese famoso humor negro que es tan propio de los españoles. Y entonces haremos eso que tan bien se nos da hacer, que es mirar el vaso medio lleno, y no medio vacío. ¿Qué es lo bueno que se puede sacar de esto? Pues el montón de gente que nos vamos a ahorrar de ver cogorzas perdido. Porque sí, por mucha fama de bebedores que tenemos los íberos, hay que decir que la gran mayoría no beben bien; o, más bien, que no saben beber. Y en un país donde el número de bares por metro cuadrado es mucho mayor de lo que debería ser, sin duda esto es un problema. Pero este año, entre las restricciones, los toques de queda y las recomendaciones para prevenir los contagios de COVID, los aficionados a pillarse melopeas públicas lo tienen mucho más difícil.
Ah, pero, como estamos en España, la picaresca nos acompaña donde quiera que vayamos, y a pesar de las dificultades, nos crecemos y nos saltamos todo lo que se nos ponga por delante a la torera. Podríamos creer que actividades lúdicas para adultos tales como los bares, las discotecas e incluso los puticlubs tendrían las horas contadas en estas circunstancias; pero nos equivocamos. Se han podido ver las botellonas al aire libre, guardando las distancias de seguridad según los implicados (aunque compartiendo botella bebiendo a morro). Todos los fines de semanas se habla de fiestas privadas en locales que deben estar cerrados. E incluso se sabe que se practica sexo con mascarillas en clubs de alterne, por supuesto posterior al haberse usado a conciencia el gel hidroalcohólico.
Pese a todas estas maneras de saltarse las normas y querer tener una especie de normalidad aunque sea a escondidas, qué queréis que os diga, yo echo de menos los viejos tiempos. Los fines de semana se han vuelto aburridos cuando has de meterte en casa a la hora en la que generalmente salías, y tienes que echar mano de internet para lograr ver a alguna chica guapa. ¿Dónde han quedado esas guarrillas de discoteca que se bebían unas copas y pronto perdían las formas y la vergüenza? Ahora hay que conformarse con las porno borrachas, y todo de manera online, sin poder tocar, oler ni catar nada de lo que te ponen ante la vista. Te hartas de ver videos porno de jovencitas bebidas a las que cualquier tío les da mandanga tan ricamente, y tú lo más que puedes hacer es tirar de masturbación simultánea y por lo general corrida en diferido. Y no es que esté mal, pero tampoco es igual que vivir la experiencia en vivo, sinceramente.
Pero hay que adaptarse, porque poco más nos queda por hacer hasta que poco a poco podamos acabar con esta pandemia, y nuestros bares vuelvan a ser esos lugares de encuentro con colegas, y no una potencial fuente de contagio. Todos queremos que este momento llegue pronto, y no hay más que esperar y desear a todo el sector de la restauración mucha suerte.