La verdad, no tengo conciencia desde cuándo el tapeo se ha convertido en todo un representativo de la sociedad española, pero al parecer, así ha sido. No importa si eres de clase media, alta o baja, si eres joven o viejo, hombre o mujer… no hay nadie en este país al que no le guste andar de bares un sábado al mediodía, por poner un ejemplo, y alternar con amigos y conocidos en los lugares de siempre, junto a una exquisita tapa y una buena jarra de cerveza fresquita.
Supongo que eso forma parte de nuestro carácter extrovertido, y este carácter ha sido propio de los españoles desde hace siglos. De todas formas, nuestra afición al buen comer y al buen beber ha existido desde los anales de nuestra historia, dado que somos país de buenas bebidas y de verdaderos manjares, propio y también comunes a la dieta mediterránea. Todo esto unido al buen clima del que gozamos en la Península, ha hecho que hayamos hecho una tradición del arte de ir de tapas, y los bares dan testimonio diario de que eso no deja de ser así.
Cierto que la crisis ha golpeado con fuerza numerosos negocios, y que los bares y en general todo el sector de la restauración no se ha librado de ese golpe; pero no se puede decir que haya sido el más perjudicado. Porque ir de tapas también se convirtió en una forma de escape para muchos desempleados, que necesitaban reunirse con amigos y también dar escape a su mala situación procurándose algo de ocio. Sí, puede que ya no se gastara tanto como en años anteriores, ya que el bolsillo no lo permitía; pero es una costumbre que no desapareció del todo, y ahora parece que vuelve a resurgir con más fuerza, gracias a que el momento económico parece estar mejor.
En España siempre ha habido gran tradición por la bebida, sobre todo alcohólica, dando preferencia a los buenos vinos, de los que somos productores, aunque también hay ciertos licores en los que somos potencia mundial. Esta tradición vinícola ya nos venía de nuestros antepasados griegos, aunque realmente fueron los romanos los que la acabaron de establecer. Después, otros pueblos hasta la llegada de los árabes la mantuvieron, y no parece que nos deshiciéramos de ella en ningún momento de la historia posterior. Las tapas son sin embargo un poco más modernas, aunque no mucho más, parece que hicieron su aparición sobre la Edad Media. Como sea, se unieron los dos conceptos, y así hemos llegado a este momento, en el que el tapeo se ha convertido en algo con nombre propio dentro del ocio español.