Fiesta y copas, todo es uno

Hay una copla bien conocida en toda España que lo deja bien claro: «¡Viva el vinoooo y las mujeressss….!»; y bueno, el final suena un poco a rancio machismo pero qué le vamos a hacer, la canción es así, y analizar ahora las connotaciones que pueda tener en nuestra época no sirve de mucho, cuando puede que dentro de un tiempo, ya nadie se acuerde de la letra, por desgracia (lo digo por perder nuestras raíces, que no por su significado).

Pero yendo a la primera parte, la que se refiere al vino, no hay duda de que eso marca bastante el efecto que la bebida tiene en los españoles como sociedad. ¿Y quién lo duda? No hay encuentro entre amigos y conocidos que no sea más agradable si hay copas de por medio; e incluso si tenemos que entablar nuevas relaciones, también la bebida juega un papel importante, porque todo parece mucho más fácil ante una cerveza, por ejemplo, ¿verdad? Ojo, que en ocasiones ni siquiera es necesario beberla, es su sola presencia la que hace que la charla fluya, aunque por supuesto uno acabe degustándola, o pidiendo otra si al final ha acabado con temperatura ambiente (que en ciertos sitios de España, es verdaderamente alta).

Este carácter nos identifica por suerte o por desgracia; y la desgracia viene, como siempre, cuando pasamos de la virtud al exceso, es decir: cuando abusamos de la cordialidad que nos dan unas copas al verdadero coñazo que nos trae una cogorza. Y es una pena, porque justo ahora, cuando llega el fin de semana, será muy fácil ver a nuestros jóvenes en los clásicos botellones, que ahora con el buen tiempo son al aire libre; y no pensarán en divertirse mientras beben, sino beber para divertirse, y estas reuniones al final pueden acabar en verdaderas fiestas porno. ¿Te parece tan extraño? De cualquier forma, son personas jóvenes, con las hormonas revolucionadas y sin ninguna inhibición gracias al exceso de alcohol; la temperatura se sube, los cuerpos se calientan, y se acaba perdiendo el control. Las escenas de sexo en público no son tan extrañas, pero lo peor es que en muchas ocasiones no se toman medidas adecuadas, todo es un aquí te pillo y aquí te mato. En fin, es el problema de no saber beber, ni tener cultura con la bebida, algo que debemos intentar arreglar.

Y que conste que esto no es un ataque a la juventud, porque, si a eso vamos, vemos también a mucha gente considerada «madura» que tiene el mismo comportamiento. Dejando aparte el mal ejemplo, realmente también falta en ese sentido un poco de cultura para ellos; y de tenerla, créemos que se disfrutarían muchas más esas copas que nos tomamos en reunión.

Así que ya sabes: reúnete con amigos, id a un lugar agradable, y pasad un buen rato ante unas copas… Diviértete porque ese es nuestro carácter, pero controla, y será algo para repetir una y otra vez, siempre con un magnífico resultado.